El sentido vestibular es un sistema sensorial que se encarga de proporcionar información al cerebro sobre el equilibrio, la postura y el movimiento del cuerpo en el espacio.
Desempeña un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio y la coordinación motora de los niños. Les permite mantener una postura estable, ajustar su posición en el espacio y coordinar sus movimientos de manera eficiente. Un sistema vestibular bien desarrollado contribuye a la seguridad y la eficacia en las actividades motoras y en la exploración del entorno vestibular está estrechamente relacionado con el desarrollo de habilidades visuales en los niños. La información vestibular se integra con la información visual para proporcionar una percepción precisa del entorno y facilitar la orientación espacial. Un sistema vestibular saludable favorece la capacidad de los niños para seguir objetos en movimiento, enfocar la mirada y realizar tareas visuales con precisión
El sentido vestibular también influye en la regulación del tono muscular de los niños. Proporciona retroalimentación sensorial sobre la tensión y la relajación de los músculos, lo que les ayuda a mantener una postura adecuada, controlar sus movimientos y responder de manera eficaz a las demandas del entorno. Un buen funcionamiento del sistema vestibular contribuye a la estabilidad postural y a la fluidez en las acciones motoras
Este desempeña un papel clave en la integración sensorial de los niños, colabora con otros sistemas sensoriales, como el tacto, la propiocepción y la visión, para proporcionar una percepción global del cuerpo y del entorno. Una adecuada integración sensorial favorece la capacidad de los niños para procesar y responder a estímulos de manera eficiente, lo que influye en su aprendizaje, su comportamiento y su interacción con el entorno
El sentido vestibular es de gran importancia en el aprendizaje de los niños por su influencia en el equilibrio, la coordinación, el desarrollo de habilidades visuales, la regulación del tono muscular y la integración sensorial. Integrar actividades que estimulen el sistema vestibular en el entorno educativo puede favorecer el desarrollo integral de los niños, potenciando su capacidad para moverse con seguridad, explorar el entorno de manera efectiva y participar activamente en experiencias de aprendizaje significativas.
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